viernes, 1 de febrero de 2008

Batalla de Leuctras

Contexto histórico


Esta batalla se engloba en los conflictos que sucedieron después de la Guerra del Peloponeso y la Guerra de Corinto.

A comienzos del siglo IV a.C
., las ciudades de Tebas y Esparta estaban enfrentadas políticamente. Esparta intentaba mantener su posición hegemónica de ciudad-estado griega predominante y Tebas pretendía expandir su influencia. Uno de los principales puntos de inflexión era la región de Beocia, que se encontraba bajo la influencia política de Tebas.

Después de la Paz de Antálcidas, en la que se estipulaba que se tendrían que disolver todas las ligas, los espartanos empezaron una política de represión en torno a las ciudades aliadas que no habían actuado en consecuencia, aunque presionando a la Liga Beocia, antigua aliada suya, pero actualmente de con inclinaciones antiespartanas. Al recibir Tebas las exigencias de disolución y ante su negativa, unos pocos oligarcas proespartanos decidieron tomar la acrópolis de la ciudad (la Cadmea). Los espartanos enviaron un pequeño grupo de soldados que se instaló en la Cadmea, permitiendo el control sobre Tebas y las ciudades de la cofederacón de Beocia. Las tropas estacionadas crearon mucho malestar en Tebas, que tras cuatro años y gracias a la intervención de Pelopidas, se pudo librar de las fuerzas espartanas. Inmediatamente después Tebas se alió con Atenas, reanudándose las hostilidades en contra de Esparta. Pero Tebas contaba con dos buenos generales que mantuvieron a raya a los espartanos mientras Atenas atacaba las costas. Esparta reaccionó rápidamente y armó una flota con la intención de cortar las comunicaciones entre las diversas ciudades aliadas con Atenas, pero las dos flotas se encontraron en Naxos y los atenienses resultaron vencedores, poniendo fin a la armada espartana para siempre.
La situación era muy complicada para Esparta, pero Siracusa le envió ayuda y se pudo recuperar, equilibrando la situación y dejandola en un punto muerto.



Etapas previas al enfrentamiento

En el 371 a.C. las conversaciones de paz se iniciaron, pero Esparta exigió que la paz fuera firmada por cada una de las ciudades de la Liga Beocia, y no únicamente Tebas en nombre de todas ellas, la paz solo fue firmada entre Esparta y Atenas, pero no por Tebas que se quedó sola en esta empresa. El rey espartano Cleómbroto inicio una marcha desde Focia, con una tropa compuesta por 700 espartiatas y unos 10.000 hombres de procedencia diversa, principalmente del peloponeso.
En lugar de tomar la ruta más cómoda, de Orcomenos, donde le esperaban ya atrincherados los beocios, marcho a través de las montañas del sur hasta llegar a Creusis donde apresó doce trirremes, dirigiéndose luego al territorio de Tespias y acampando en Leuctras.


Los beocios sumaban alrededor de 6.000 hombres (entre ellos los 300 de la llamada compañía sagrada) más unos 1.000 jinetes. Los espartanos alineaban unos 10.000 infantes (unos 1.500 laconios, entre los cuales habían 700 espartiatas) y 1.000 jinetes.


Desarrollo del enfrentamiento


Una vez establecidos los dos campamentos, los tebanos decidieron alejar del campo de batalla a los hombres no preparados para el combate, es decir todos los porteadores y demás auxiliares así como los soldados que Epaminondas había decidido que no intervendrían en la batalla, como los tespieos, procedentes de ciudades beocias incluidas en la Liga y de cuya fidelidad no estaba segura. Cuando esta columna se retiraba del campamento tebano, fueron atacados por las tropas del enemigo, mercenarios al mando de Hierón, los peltastas focidios y la caballería de Heraclea del Ponto. Este ataque empujo a estas fuerzas a retroceder de nuevo hasta volver al campamento de donde habían salido. Los espartanos involuntariamente sumaron así a los tebanos estas fuerzas de combate.
A continuación se produjo un enfrentamiento de las caballerías de ambos bandos, en la que los tebanos lograron expulsar a sus enemigos del campo de batalla.
Inicialmente, la infantería espartana se vio descolocada cuando la huida de su caballería interrumpió el intento de Cleombroto de superar a la
falange tebana por los flancos, y se encontraron a su vez atacados por el flanco por Pelópidas y el Batallón Sagrado de Tebas. Fue entonces cuando tuvo lugar el encuentro decisivo entre las principales fuerzas de Tebas y Esparta.


La práctica habitual de los espartanos, y en general,de todas las batallas
hoplitas en la antigua Grecia,era establecer una masa compacta de infantería pesada, denominada falange, de entre 8 y 12 filas de hombres. Se consideraba que ahí se encontraba el equilibrio entre la profundidad (y el empuje que suponía) y la longitud (área que podía cubrir la primera línea de la falange). La infantería avanzaría en bloque de forma que el ataque resultase de un impacto de toda la falange contra el enemigo.
Por otro lado, la falange tenía tendencia al avanzar de desplazarse hacia la derecha, ya que al cargar con la lanza en la mano derecha y el escudo en la izquierda, los soldados buscan inconscientemente la protección del escudo del soldado de que se encuentra a su derecha. Los comandantes griegos normalmente combatían este efecto situando a sus tropas con mayor experiencia y de más renombre en el ala derecha (para contener el movimiento), mientras que las tropas más débiles o novatas se situaban a la izquierda.




En cambio, Epaminondas colocó a sus tropas de una forma completamente distinta a la tradicional. Colocó a toda su caballería y a una columna de cincuenta hombres de profundidad de infantería tebana (la de élite) en su ala izquierda, y envió a esta masa de soldados directamente contra el ala izquierda de Esparta. Por su parte, el centro y el ala izquierda de su formación eran mucho menos profundas y más débiles, pero se situaron de forma que fueran retrocediendo para estar cada vez más a la derecha y en la retaguardia de la columna principal, en una formación oblicua.

Los hoplitas se encontraron, y la formación tradicional de doce líneas de profundidad de Esparta se encontró con que no era capaz de aguantar el impacto de la columna de cincuenta hombres que habían colocado contra ellos. Hubo un breve encuentro en el que los espartanos trataban de mantener atrás la masa gigantesca de tebanos y del Batallón Sagrado hasta que fueron literalmente barridos por la columna. El ala izquierda espartana fue derrotada con bajas de unos 1.000 hombres, de los cuales 400 eran
espartiatas (tropas de élite de ciudadanos espartanos), y entre los que se encontraba el rey Cleombrotos
.

Para cuando el centro y la derecha del ejército tebano habían avanzado lo suficiente como para enfrentarse al enemigo, el ala derecha de Esparta había sido devastada. En esa situación, y viendo a su ala derecha derrotada, el resto del ejército peloponeso, compuesto por aliados y otros combatientes con poco interés en la batalla, se retiraron y dejaron al enemigo el control del campo de batalla. Por otra parte, la llegada de un ejército de
Tesalia
sirvió para que un segundo ejército espartano comandado por Arquídamo decidiera no intervenir y retirarse, mientras que los tebanos prefirieron cesar su persecución sobre los espartanos supervivientes.
Monumento de Leuctras

Consecuencias


La batalla de Leuctras tuvo una gran repercusión en la históriade Grecia
y, por extensión, en la de Europa . Epaminondas no sólo rompió con los métodos tácticos tradicionales de su tiempo, sino que marcó una revolución en el campo de la táctica militar, creando el primer caso conocido de despliegue de la infantería en oblicuo y uno de las primeras concentraciones deliberadas de tropas y ataque al enemigo en el punto vital de su formación. Las nuevas tácticas de la falange introducidas por Epaminondas, emplearon por primera vez en la historia de la guerra el principio moderno de superioridad local.
El uso de estas tácticas por Epaminondas fue, posiblemente, un resultado directo de la utilización de maniobras similares por
Pagondas, otro tebano, en la Batalla de Delio. Más adelante sería Filipo II de Macedonia, que estudió y vivió en Tebas y que sin duda recibió una gran influencia de sus tácticas militares, quien desarrollaría con gran éxito su propio acercamiento a las tácticas militares y al armamento. Su hijo, Alejandro Magno
, llevaría los desarrollos militares de su padre a un nuevo nivel.
Los historiadores
Victor Davis Hanson y Donald Kagan, entre otros, han argumentado que la llamada formación oblicua
de Epaminondas no fue una innovación intencional y preconcebida de las tácticas de infantería, sino que fue más una inteligente respuesta ante las circunstancias. Dado que Epaminondas había incrementado la profundidad del ala izquierda hasta cincuenta líneas, el resto de sus unidades se habían quedado con menos tropas de lo normal. Como además se encontraba ya de por sí en minoría de fuerzas, no tenía otra opción que crear un menor número de compañías y hacerlas marchar en diagonal contra la mucho más larga línea espartana, con idea de poder abarcar lo más posible. Hanson y Kagan argumentan, por tanto, que la táctica tenía una finalidad principalmente dilatoria. En cualquier caso, y cualquiera que hubiera sido su motivación, el hecho es que la táctica supuso una innovación y que fue sin duda de una gran efectividad.
Los efectos políticos de la batalla fueron muy extensos: la pérdida de fuerza y prestigio que supuso para Esparta la Batalla de Leuctra, junto con la posterior derrota en la
Batalla de Mantinea (362 a.C), la depusieron definitivamente de la posición de hegemonía que había ostentado desde la Guerra del Peloponeso
, y la dejaron en un poder de segunda fila de entre las ciudades estado. Por otra parte, la batalla demostró que la superioridad numérica ya no era un factor desequilibrante en combate, sino todo lo contrario. La nueva táctica era tan insultantemente sencilla que sólo una mente genial podía haberla concebido. En 362 a.C. en Mantinea volvieron a encontrarse Epaminondas y los espartanos, ahora aliados con Atenas, con idéntico resultado: una brillante victoria de Tebas que desplazaba a Esparta y Atenas del liderazgo griego, pero en esta batalla murió Epamonidas. En la paz que siguió a aquel cambio de mando en Grecia llegaron a Tebas numerosos hijos de nobles enviados como lujosos rehenes, entre los cuales se encontraba Filipo, el joven hijo del rey de Macedonia que pasó su retiro tebano mostrando un gran interés por las nuevas tácticas militares.
Por último tanto, la Batalla de Leuctras alteró para siempre el balance de poder existente en Grecia: desapareció el poder hegemónico de Esparta y fue sustituido sólo de forma temporal por Tebas, que se vio muy debilitada tras la pérdida de sus principales líderes. Los historiadores coinciden en afirmar que éste fue uno de los ingredientes que permitieron la posterior toma de control por parte de Macedonia.

No hay comentarios: